NOSOTR*S MORIREMOS, LAS HERRAMIENTAS NO. NOTAS SOBRE UN ARCHIVAR QUEER.

Aprovechando el evento que este fin de semana hay en el Reina Sofía me permito escribir un pequeño post sobre su tema.
Aclaro que desconozco los contenidos de ese seminario y que no tengo nada que ver con el trabajo de l*s que han investigado y lo han llevado a cabo.

Simplemente me uno a la temática desde mi trabajo no especializado en Queer pero que me ha llevado a archivos denominados así, o de formas parecidas, abriendo un camino de entendimiento profundo de la radicalidad posible del verbo ARCHIVAR.

Llevo tiempo estudiando todo tipo de archivos, al llegar al caso de archivos denominados Queer, y sobre todo a los Transgénero y post-identitarios -para alguien como yo que bebe de las narrativas tácitas que cualquier archivo tiene- se abrió una puerta de radicalidad en la práctica del archivar que hacía tiempo que llevaba buscando.

En primer lugar diré que no estoy en absoluto de acuerdo con el uso de la palabra archivo cuando hablamos de ellos, prefiero hablar del verbo que se práctica en ellos, fuera de ellos y en todas partes: ARCHIVAR.

La existencia de un archivo Queer y entenderlo como un conjunto de materiales organizados según categorias se sale de esta idea. Más aun cuando la forma en que mejor puedo entender una red que no me es ajena es conjugandola: «to queer».

Así se llega al meollo de el primer problema, la contradicción entre el verbo «archivar» y el sustantivo Queer.

No se puede sostener la idea de «archivo» más, es pétrea, más aun cuando tiene que ver con la vida de actores que niegan una identidad esencialista.
Cuando nos acercamos a lo post-identitario la cuestión es clara: cómo archivar sin construir categorías que es la manera de construir identidades que impera en occidente desde hace siglos.

La cuestión es que recorriendo archivos LGBT de Canada y EEUU se ven diferentes respuestas en un espectro bastante convincente.

En general coleccionan material, lo clasifican -a menudo temáticamente al estilo de las bibliotecas- y en las herramientas de descripción, búsqueda y recuperación no hay grandes cambios.

Cuando dudo siempre hecho mano de una frase de Foucault que dice más o menos así: la literatura de contenido homosexual no es literatura homosexual.

Me apropio y digo: un archivo con contenido LGBT no es un archivo LGBT, lo mismo se puede decir de un archivo con contenido QUEER, transgénero, etc

Tener 1000 km de documentos, items, etc, en un archivo que usa herramientas archivíticas positivistas y patriarcales es un error. Se puede decir que es una manera de subvertir la tradición, pero nosotr*s moriremos, la herramientas no, y su interpretación futura depende de como se hayan construído.

Los archivos médicos de Freaks podemos entenderlos como una ciencia -algo desafortunada- porque esos médicos positivistas organizaban de cierta manera sus archivos, sino nos parecerían un catalogo de un circo de la época (en realidad médicos y circenses intercambiaban deformidades a menudo)

Podemos entender el control policial de todas las épocas por q lo policial construyó una manera peculiar de archivar que nos permite entender como entendían, a su vez, el mundo del control y la identificación las redes policiales.

Podemos saber de la mentalidad emo-burocrática de los nazis porque organizaron sus archivos con determinadas herramientas.

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En general el panorama que veo me resulta desalentador ya que veo prácticas Queer pero me encuentro con un archivar patriarcal. Las herramientas codifican la futura presentación del verbo que practicamos, pero sino se trabajan de acuerdo a la idea de que el archivo no «es» sino que «ocurre» como lo Queer llevan al fracaso.

Es desazonador ver que no hay archiver*s postmodernos (así se autodenominan) en los diferentes grupos que se crean para construir archivos de «minorias sexuales». Da una imagen extraña: ¿no hay en el mundo archiver*s que practiquen una vida Queer y reflexionen sobre el tema? Por supuesto que hay, y las principales revistas de archivistica tratan el tema abiertamente. Sin embargo el circuito de museos no se ha acercado a ell*s.

También sorprende que la reflexión sobre el archivo (que no sobre el archivar) no se de en el seno de la herramienta archivística, tratando de construir protocolos que supongan que al archivar también se esté practicando el verbo «to queer»

En general, los archivos LGBT que se encuentran en EEUU son mágnificos, están en universidades o bibliotecas con recursos que aquí ni soñamos, pero son archivos con contenido LGBT, no verdaderos archivos LGBT.

En el tiempo que llevo con ello he detectado enfrentamientos interesantes como el caso de redes trans-género que se acusan a los archivos de lesbianas de ser patriarcales y de practicar un desprecio continuado en su desarrollo.

No tienen desperdicio los casos de redes post-identitarias que desprecian los archivos LGBT porque al usar herramientas positivistas crean identidades, cosa de la que huyen.

En una no identidad que permite la mutación de las acciones no encajan los archivos cuyas herramientas, por perfectas que sean, respondan a una idea identitaria.

Esta negación me ha animado mucho en mi trabajo.

Para termirar este post, quiero referirme a las formas de archivar «grassroot» donde además de conservar fondos y objetos de «minorias sexuales» atacan las herramientas patriarcales, crean sus propias herramientas -a veces prescindiendo de ordenadores- la relación cuerpo-documento se tiene en cuenta, en fin, lugares donde archivar de la misma manera que se vive, dejandose llevar por el acervo en vez de buscar una información de terminada, provocando el error. Abandonarse en el archivar.

pronto más, si os ha interesado.

PD. mi campo de estudio es el archivar, pido disculpas si en mi terminología sobre otro temas sea poco precisa.

Aconsejo consultar el número dedicado a archivo y homosexualidad de la revista Archivamos dr la asociación ACAL

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