Jorge Blasco Gallardo y el archivo amateur

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Organizamos el pasado como una memoria autobiográfica explícita, lo que Antonio Damasio ha llamado «el ser autobiográfico»; fragmentos unidos en una secuencia narrativa que, a su vez, moldean nuestras expectativas para el futuro. Sin el lenguaje no puede existir un ser autobiográfico.

siri h.

En History Beyond Trauma Françoise Davoine y Jean-Max Gaudillière, dos psicoanalistas que han hecho un trabajo exhaustivo en dicho campo, estudian la curiosa alteración del tiempo entre quienes han sufrido algún trauma. Escriben: «“ Había una vez” se convierte en “había una y otra vez”». 38La memoria traumatizada no tiene hilo narrativo. Las historias siempre se desarrollan en el momento. Tienen una secuencia y siempre están a nuestro acecho.

siri h.

El propranolol también se usa para tratar el agotador efecto de los recuerdos repetitivos producto de un estrés postraumático. No elimina los sucesos de nuestra memoria, pero sí su intensidad, haciéndolos más soportables.

Siri H.

El giro afectivo ha marcado desde hace al menos dos décadas parte de la Teoría Archivística (Archival Theory) así como las consecuencias de su praxis: derechos humanos, decolonización de archivos, archivos LGTB, archivos comunitarios, archivos de minorías han sido estudiados e intervenidos a través de ese prisma de los afectos. No confundamos el Archivo con la práctica archivistica que se basa en gran medida en la descripción documental. Es aquí donde se ha puesto el dedo en la llaga trabajando con el lenguaje y con los matices (nuances) que permiten a cada archivo construirse en base a los afectos o ser recuperado a través de ellos acabando por ser lo que sus actores desean que sean.
Hay cientos de artículos dedicados a cada parcela que, sin embargo, se diluyen y colaboran tanto en lo conceptual como en la praxis de la descripción y representación archivística. Como siempre el arte ha tenido mucho que decir, aunque en mi opinión se ha quedado corto en este aspecto.
Unos proponen otros estudian casos.

Durante cientos de años, cuando era desenrollado lentamente ante sus ojos, propietarios y entendidos se complacieron con esta obra maestra de la pintura china y dejaron constancia de ello marcándola con sus sellos. El resultado puede alarmar a la mirada occidental, acostumbrado a ver el arte como algo sagrado, pero personalmente creo que hay algo muy conmovedor en estos actos de testimonio estético que crean una comunidad de placer compartido que recorre siglos y en la que por nuestra parte, también podemos ser admitidos, por más que nosotros no vayamos a añadir nuestros sellos

Neil MacGregor

El tambor de hendidura africano de madera es un ejemplo aún más notable de las numerosas vidas de un objeto. Fabricado en forma de becerro para un gobernante probablemente del norte de Congo, se convirtió en objeto islámico en Jartum, y más tarde, tras pasar a ser propiedad de Lord Kitchener, se grabó en su superficie la corona de la reina Victoria y fue enviado a Windsor.

Neil MacGregor