Voula Papaioannou, casi desconocida, no puedo evitar identificarme con ella en eso de pasar desapercibido. En 2001 pude trabajar por primera vez en su archivo.
Hasta el Gabinete en la Virreina y en la Fundación Seoane no pudo ser (2019).
Primero hay que agradecer a las trabajadoras del Benaki y a la directora del archivo fotográfico que permitieran un proyecto de capilla o gabinete con una de sus principales autoras. Todo fueron facilidades.
Luego vino el entusiasmo y cariño de Valentin Roma y Silvia Longueira -ellos saben-.
Desde que hice mi primera exposición en la Fundació Tàpies, gracias a Nuria Enguita, me he preguntado que es exactamente a que me dedico. Quizás me he dedicado a buscar este gabinete y esta manera de trabajar:andar persiguiendo insistentemente unos documentos hasta que logro sacarlos a la luz de acuerdo a sus características.
J.